domingo, 21 de octubre de 2012

Mimitos de mamá

Respira. Serás madre toda tu vida. 
Enséñale las cosas importantes. Las
 de verdad. A saltar en los charcos, a
 observar a los bichitos, a dar besos
 de mariposa y abrazos muy fuertes. No
 olvides esos abrazos y no se los
 niegues nunca. Puede que dentro de
 unos años los abrazos que añores sean
 los que no le diste. Dile cuánto le
 quieres siempre que lo pienses.
 Déjale imaginar. Imagina con él.
 Déjale llorar. Llora con él. Las
 paredes se pueden volver a pintar,
 los objetos se rompen y se reemplazan
 continuamente: los gritos de mamá
 duelen para siempre. Puedes fregar
 los platos más tarde. Mientras tú
 limpias, él crece. Él no necesita
 tantos juguetes. Trabaja menos y
 quiere más. Y sobre todo, respira.
 Serás madre toda tu vida.
 Él sólo será niño una vez.
Anónimo


*Mariola


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